The nuances of instant photography are complex, apart from playing with the tricks of analogue photography; we then have thousands of small challenges on each picture we take. But every trick that accompanies this challenge involves intentional mistakes in the most possible way to get the results. In other words, taking snapshots has a margin of error called personal style, but it’s a signature, an elasticity which identifies the photographer among others, by which we can recognize him anywhere.
Rachel Winslow moves among all branches of photography, more analogue than digital, and more instant than conventional snapshots, and her personal signature remains, because her images, framed in familiar spaces, comfortable landscapes and blurred shadows, refer to some very short distance she dares to break with finesse.
The love for her Polaroid photos is shared with you today. Her portraits are full of light, enigmatic, and there are many silent words read in her photos, you just have to listen to each one of them to discover them.
Los matices de la fotografía instantánea son complejos, aparte de jugar con los trucos de la fotografía analógica, luego tenemos miles de pequeños retos en cada foto que hacemos, pero cada truco que acompaña ese reto, implica equivocarse de la forma más intencionada posible para conseguir los resultados. En otras palabras, tomar fotos instantáneas tienen un margen de error que denomina el estilo personal, pero es una firma, una elasticidad que identifica al fotógrafo de otros, y por el que podemos reconocerlo en cualquier parte.
Rachel Winslow se mueve por todas las ramas de la fotografía, mas analógicas que digitales, y más instantáneas que convencionales, y sus firma personal permanece, porque sus imágenes encuadradas en espacios familiares, paisajes cómodos y sombras borrosas, refieren a distancias muy cortas que ella osa romper con delicadeza.
El amor por sus fotos en Polaroid lo compartimos hoy con vosotros, lleno de luz, retratos enigmáticos y muchas palabras mudas que se leen en sus fotos, solo hay que escuchar cada una para descubrirlas.