Sometimes I think that the life of a musician is just endless fun. After all, there’s nothing better than going on tour and being treated like a superstar. However, when you spend more time with them, learning their routines, their strengths and, of course, their weaknesses, you learn to see the human being behind the guitar or drums. Sometimes you come to the point where you begin to feel yourself becoming like another instrument used in their musical process.
Carolina is a woman who has music in her blood, she lives for it. She is a warrior when she jumps on stage to launch her sounds at the audience and fuels her energy from those vibrations. I’ve seen this happen and that’s why I’m telling you.
Did I mention that her smile is contagious?
A veces pienso que la vida de un músico es solo diversión, que no hay nada mejor que ir de gira y ser tratado como una súper estrella, pero cuando pasas mucho tiempo con ellos aprendes a conocer sus rutinas, sus puntos fuertes y por supuesto los débiles, aprendes a ver el ser humano detrás de la guitarra o la batería, y te acercas hasta el punto de que te a veces puedes llegar a sentirte un instrumento mas de su proceso musical.
Carolina es una mujer que lleva la música en la sangre, vive por y para ella. Es una guerrera cuando salta al escenario, lanza sus ecos hacia su público y alimenta su energía de esas vibraciones, yo lo he visto y por eso lo puedo contar.
He dicho que su sonrisa es contagiosa?